05 Feb El cowboy de media noche
Las innumerables películas americanas del “hombre justicia” me llevaban en el ocaso del día, cuando solo te encuentras solo, al mundo imaginario de resolver por la magia del pensamiento cualquier conflicto, personal o colectivo. El propio mundo imaginario donde obrar como actor, productor, guionista, director y realizador, y todo en el corto espacio que antecede al sueño. No quedaba otra que ser resolutivo al modo americano y a imitar a su figura más universal conocida: John Wayne. ¿Quien no ha deseado ser heredero de este icono de satisfacciones cuando la libertad – no los derechos individuales- solo se percibían en las pantallas? Los sueños y el cine. Todo un soplo de vida alimentando nuestra existencia y una meta, entonces quizá inalcanzable, pero común a todos los seducidos por la factoría USA.
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